Cap III

El chico que no tenía alma viajaba por las calles de aquella inmortal ciudad, seguía buscando un alma. Buscaba un alma, así que fue a un colegio, donde decían que había almas. Pero entró y vio que sólo había un alma y miles de espejos a su alrededor. Espejos de todos los tamaños y formas, pero que reflejaban imágenes distintas. Esas imágenes eran personas con alma, pero todas disfrazadas de lo mismo, estaban vestidas y maquilladas para parecerse a la criatura que estaba en el centro, esa criatura tenía un alma que parecía bella, de colores vivos y chillones, aunque tenían los ojos vendados. Pero el chico que no tenía alma vio que esos colores los producía la pútrida esencia de ese alma.¿Quién eres?", preguntó al chico que no tenía alma la criatura que estaba en el centro;"¿Quién eres?", preguntaron a su vez las almas disfrazadas; "Soy un chico que busca un alma, veo que tú tienes una.", preguntó intentando no dar cuenta de lo pútrido del alma.

"Si, y es muy bella, ¿verdad?", al decir esto el alma del centro le salió un enjambre de moscas de la boca ; "Si, es muy bella.", dijeron las almas disfrazadas, intentando ser las primeras, las principales; parecía que quisiesen complacer al alma corrupta. "¿Te gusta?", preguntó el alma central, y sin dejar al chico que no tenía alma a responder, dijo expulsando otro enjambre de moscas, "Sé que te gusta, a todo el mundo le gusta.", e inmediatamente después miró al círculo de espejos, cuyas figuras dijeron intentando hacerse oír por encima de las demás figuras disfrazadas "Sí, eres la mejor, qué bella eres.", parecían alegres, pero el chico que no tenía alma se dio cuenta de que en su tono de voz había un tono de súplica. El chico que no tenía alma tenía muchas preguntas que hacer al alma del centro, ya que vio que era imposible que las almas disfrazadas respondiesen algo distinto a aquello que dijese la figura central, abrió la boca,  dispuesto a preguntar si al alma del centro si aquello que tenía era un alma y, si lo era, por qué tenía aquel aspecto; pero el alma no le dio tiempo a formular su pregunta y dijo,"Quieres saber cómo puedes ser como yo¿verdad?. Todos quieren ser como yo".
"Yo no.", dijo el chico que no tenía alma, y se fue, asqueado por aquellas falsas imitaciones de almas.

Y así, el chico que no tenía alma salió de nuevo a las calles de aquella ciudad infinita, en busca del alma que no podía encontrar.

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