La (pequeña) historia del niño con alma

El chico con alma seguía buscando por el mundo un alma. No sabía como era un alma, a pesar de estar rodeado de ellas, así que pensó en su pasado, ya que recordaba que hubo un tiempo en que era un chico con alma.
Era un niño con alma, feliz y sin preocupaciones, que vivía en una burbuja cuyas paredes eran infranqueables y no le dejaban ver ni oir el mundo de fuera de la burbuja, "No se está mal en la burbuja", pensaba el niño con alma,  pero con cada luna que pasaba las paredes de la burbuja se hacían más y más delgadas, iban entrando retazos de realidad, que perturbaban su existencia. Intentó frenar a la realidad, pero pronto se dio cuenta de que era imposible frenar al mundo y al Tiempo, que disolvía su burbuja.
Y así, diecisiete inviernos después, la burbuja terminó de disolverse en la nada, y el niño que tenía alma se dio cuenta de que su alma era la burbuja en la que hasta entonces había vivido, convirtiéndose así en el chico que no tenía alma.

El chico que no tenía alma pensó que recordando el pasado no iba a encontrar un alma, así que continuó su viaje en busca de un alma.

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