No sé que pasa, ya no se me ocurren versos para conmover almas, ya no pienso en poesías escritas para mover montañas. todos los días son aciagos, ya no existe el sol de las mañanas.
Ya no hay palabras que gritar, no encuentro musa por la que suspirar, no tengo causa por la que luchar ni sueños imposibles que alcanzar. Todo en lo que creía se derrumba y no creo poder resucitar.
Las notas celestiales del jazz saben a plomo y me hunden en el fango de mi miseria.
Ya no creo en las suaves figuras que hacían de mis noches el paraíso de la existencia. Vivo muerto en un infierno gris en el que ya no arden las pasiones de mi pasado, que me atormenta a cada segundo.
En momento como éste, uno piensa en que los dioses, cuando quieren matar a alguien no lo vuelven loco, sino que le quitan todo por lo que vivir.
Lo peor es que no encuentro ningún Blues que me haga suspirar por un mundo mejor...
Las viejas ideas de progreso yacen sepultadas por el polvo de las ideas derruidas.
Amigos, montañas de felicidad que una vez unidas se alejan, cada vez más, dejando al montículo en su yermo desierto, antaño vergel de valles y prados.
Confusión que atenaza los sentidos, dejando que los escritos no sean sino mareas de caos que no merece ser leido.
Respondeme, dame una señal que me oriente...
Ya no hay palabras que gritar, no encuentro musa por la que suspirar, no tengo causa por la que luchar ni sueños imposibles que alcanzar. Todo en lo que creía se derrumba y no creo poder resucitar.
Las notas celestiales del jazz saben a plomo y me hunden en el fango de mi miseria.
Ya no creo en las suaves figuras que hacían de mis noches el paraíso de la existencia. Vivo muerto en un infierno gris en el que ya no arden las pasiones de mi pasado, que me atormenta a cada segundo.
En momento como éste, uno piensa en que los dioses, cuando quieren matar a alguien no lo vuelven loco, sino que le quitan todo por lo que vivir.
Lo peor es que no encuentro ningún Blues que me haga suspirar por un mundo mejor...
Las viejas ideas de progreso yacen sepultadas por el polvo de las ideas derruidas.
Amigos, montañas de felicidad que una vez unidas se alejan, cada vez más, dejando al montículo en su yermo desierto, antaño vergel de valles y prados.
Confusión que atenaza los sentidos, dejando que los escritos no sean sino mareas de caos que no merece ser leido.
Respondeme, dame una señal que me oriente...
Aquí tienes una señal.
ResponderEliminarJo, el texto es muy sfdfdsdd.
Todos pasamos "noches oscuras del alma"..., llegan, se quedan un ratito, y se van... Vienen a decirnos algo importante, algo que de pronto transforma el malestar en creación, y la oscuridad en luz...
ResponderEliminarPeriódicamente nos visitan, como las mareas. Se cuelan por una ventana y se van por la puerta y te dicen adiós sonriendo porque saben que siempre te dejan algo valioso...